Interesante artículo para los que no conocen demasiado la categoría.
10 – NASCAR. Los cochesPublicado el 07/02/2011 por Carlos Castellá
Los coches de la Nascar han evolucionado mucho a lo largo de los cincuenta años de vida del campeonato. De coches preparados para huir de la policía a coches de serie transformados y que poco a poco fueron evolucionando, tanto en prestaciones como en seguridad hasta los actuales COT, coches puramente de carreras.

Antes la máxima era que habían de ser coches derivados de serie, preparados por los equipos a partir de un coche que se podía comprar en la tienda de la esquina. Por esto al principio, los propietarios y los organizadores acostumbraban a ser vendedores de coches, y aún hoy lo siguen siendo en algunos casos. Rick Hendrick tiene una de las mayores redes de venta de Estados Unidos, y Roger Penske posee una de las flotas de camiones más grandes del planeta.
Centrándonos en los coches modernos, parten de un chasis y una carrocería igual para todos, pero con muchas variables, ya que es posible construir chasis diferentes para adaptarlos a las diversas tipologías de circuito: no es lo mismo correr en un superspeedway de dos millas a hacerlo en una pista de 800 metros. En el primero la aerodinámica tiene importancia y prácticamente no se frena, y en el segundo es mejor un coche corto y ágil.
En 2008 entró en vigor de forma definitiva un nuevo coche, denominado COT (Car of Tomorrow) más pequeño, más liviano y menos aerodinámico. Su entrada en liza significó también un ahorro a los equipos, ya que es más versátil, y por tanto no hace falta fabricar tantas unidades distintas según el circuito.

Vista frontal: faros y parrilla son simples adhesivos (Foto, NASCAR).
Las carrocerías son también iguales para todos, y las marcas distinguen sus coches gracias a los frontales (parrilla, faros y logos) que son… ¡un simple adhesivo! Debajo del capó motor sin embargo, es donde están las grandes diferencias entre unas y otras marcas.
Actualmente lo coches de la Nascar utilizan chasis tubulares, mucho más económicos que los de carbono, con motor delantero de 2 válvulas por cilindro, árbol de levas en cabeza y carburadores. La inyección directa no está permitida, aunque esto podría cambiar pronto, ya que los carburadores son un anacronismo. Los motores son atmosféricos, de 8 cilindros en V de 5900 c.c., capaces de entregar una potencia de 775-800 CV.
Utilizan una caja de cambios de cuatro velocidades más marcha atrás, con cambio manual, y la piñonería limitada, para mantener una cierta igualdad en las prestaciones. La dirección es asistida y los frenos son de disco, pero de acero. Como se puede ver, nada de veleidades: ni cambios semi automáticos, ni frenos de carbono, ni volantes futuristas, ya que éstos siguen siendo grandes, redondos y con radios.

Todos los relojes e interruptores están en el tablier (Foto, Carlos Castellá).
Los depósitos de gasolina, situados en la parte trasera, tienen una capacidad de 22 galones (83-84 litros). La medida tipo es de 5,1 metros de largo, 1,88 de ancho y 1,3 de alto. Pesan 1500 kg incluido piloto y líquidos. La gasolina es única para todos (Sunoco) y también los neumáticos (Goodyear) iguales delante y detrás.
Una de las características de estos coches es que aunque son muy iguales entre sí, permiten una grandísima variedad de reglajes, y sobre todo, son en muchas ocasiones asimétricos: al girar siempre hacia el mismo lado, es lógico que las suspensiones, la aerodinámica, los reglajes de amortiguación etc. sean distintos a un lado que al otro.
Y se llega a extremos tales como que un lado tenga la caída de las ruedas positivas y la otra negativas. E incluso en muchas ocasiones, cuando se les ve en línea recta, se puede apreciar como la carrocería está ladeada. En algunos circuitos, el volante está es posición recta (es decir, con las manos a las diez y diez) en las curvas, para facilitar el trabajo del piloto.
Las verificaciones son exhaustivas, y en caso de duda el coche es enviado a la Nascar Reseach and Development Centre, en Concord, North Carolina, cuartel general técnico donde todos los chasis son enviados a verificar tras ser construidos. Allí se les da el visto bueno tras hacerles más de 200 mediciones y se les colocan diez precintos de certificación para asegurarse de que no habrá manipulaciones posteriores.

Verificaciones estrictas en el mismo circuito, con grandes plantillas para agilizar las mediciones (Foto, NASCAR).
A pesar de ello, las trampas (perdón, “astucias reglamentarias” para que nadie se ofenda) están a la orden del día, y las sanciones a los Crews Chiefs pillados también. Normalmente son multas y unos cuantos meses alejados de las carreras, que obligan a los equipos a buscar sustitutos mientras los castigados se quedan en el cuartel general haciendo otras funciones. En casos extremos pueden ser sancionados de por vida.
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